La boda de MLo en la Finca Castillo de la Monclova
El amor tiene un brillo especial cuando se celebra con tanta verdad, belleza y cuidado en los detalles como en la boda de MLo y Ángel. Una pareja con luz propia, que eligió un escenario de cuento y rodeó su gran día de un equipo lleno de sensibilidad y talento.
MLo deslumbró con un vestido creado por Antonio García Estudio. Elegante, sofisticado y con una silueta impecable, el diseño destacaba por su caída perfecta, mangas abullonadas con detalles bordados y una pureza de líneas que solo puede firmar un gran atelier.
Un vestido que no solo la vestía, sino que la representaba. Ligero, natural, con carácter… tal como es ella.
Los pendientes que llevó MLo fueron una creación de PETRÏTA, una firma que entiende la joyería como arte y expresión personal. Piezas únicas que aportan luz, elegancia y un toque distintivo, elevando aún más un look nupcial cuidadosamente elegido.
El lugar elegido para sellar su “sí quiero” fue el imponente Castillo de la Monclova, en la provincia de Sevilla. Un espacio cargado de historia, con jardines de ensueño y rincones que parecen sacados de una película, donde cada paso se siente eterno.
El entorno natural, la luz del sur y la arquitectura señorial crearon el marco perfecto para una boda elegante, serena y llena de emociones sinceras.
El banquete fue un auténtico viaje de sabores de la mano de Delfín Delicatessen, un catering reconocido por su exquisitez y cuidado en cada presentación. Platos llenos de creatividad, producto de calidad y una ejecución impecable que los invitados recordarán por mucho tiempo.
Como broche al look, unos zapatos de Raquel que combinaban diseño, comodidad y un punto especial. Porque los detalles marcan la diferencia y cada paso en un día así debe sentirse firme, cómodo y lleno de estilo.
El maquillaje, obra de Carmen, apostó por la naturalidad y la elegancia, realzando cada rasgo con delicadeza para conseguir un brillo auténtico y sofisticado.
El ramo de Floristería Solydalgo fue el complemento perfecto: un diseño romántico, fresco y lleno de intención. Un ramo que hablaba de MLo, de su delicadeza y su personalidad luminosa. Cada flor, un guiño a su estilo y a la esencia del día.
Cada instante quedó inmortalizado gracias a la sensibilidad de Mónica Ortega, que supo captar no solo las imágenes, sino la emoción del día. Miradas, gestos, luz, movimiento… su trabajo refleja la autenticidad y la belleza real de esta boda inolvidable.
La boda de MLo y Ángel no fue solo una celebración: fue una experiencia llena de amor, de belleza honesta y de momentos que quedarán grabados en el corazón de todos los que la vivieron. Una historia que comienza rodeada de todo aquello que importa: la familia, los amigos y la emoción verdadera.
Desde Petrïta, nos emociona compartir historias como esta, porque nos recuerdan por qué los detalles importan, por qué cada decisión suma y por qué celebrar el amor siempre merece hacerse con alma.